Saturday, March 24, 2007

DESCUBRIMIENTOS QUE SALVAN MILLONES DE VIDAS

Bogotá DC, Marzo 24, 2007.

VACUNAS SINTÉTICAS CONTRA EL CANCER, VIH Y TUBERCULOSIS HECHAS EN COLOMBIA, CIENCIA FICCIÓN O REALIDAD?...
En una conferencia que se realizó en Bogotá, el profesor Manuel Elkín Patarroyo expuso de una manera didáctica y coloquial ante un auditorio colmado en su totalidad, como ha sido el desarrollo de la primera vacuna sintética hecha en el mundo llamada Colombia contra la malaria SF66, la cual ha sido la que más eficacia ha mostrado en combatir esta terrible enfermedad que le arrebata la vida a millones de personas en el mundo anualmente, en América, Asia y África especialmente. En dicha exposición el Doctor Patarroyo explicó como es posible llegar a desarrollar vacunas contra otras enfermedades tales como el cancér de útero, tuberculosis y VIH. El método científico casi de ciencia ficción, ha sido creado para desarrollar vacunas sintéticas, ahora , hace falta mucho más apoyo gubernamental y privado no solo de Colombia sino del resto de países del mundo para que sus investigaciones tengan el éxito que se merecen!!Lo que hace 25 años parecía un imposible hoy es posible...y pensar que en 1980 algunos científicos decían que la vacuna contra la malaria estaría lista para el año 2025...

RESEÑA HISTORICA DE UN PARADIGMA. MANUEL ELKIN PATARROYO (Científico)

Aunque en los últimos años han sido varios los intentos, el grupo del científico colombiano Manuel Elkín Patarroyo logró desarrollar la primera vacuna contra la malaria en enero de 1986. La cual fue donada su patente en 1995 a la OMS Organización Mundial de la Salud, para asegurar su uso en beneficio de la humanidad y no el de las casas farmacéuticas o el suyo propio.
El Doctor Manuel Elkín Patarroyo ha sido incansable en la búsqueda de soluciones definitivas para las enfermedades que afectan especialmente a los países en vías de desarrollo. Optimista, un poco soñador y muy culto, Elkín, se ha metido en el bolsillo a medio mundo, aunque a otro medio le moleste, hoy sueña con encontrar una vacuna para el cancér de útero, VIH sida y la tuberculosis.
Su interés por la investigación biomédica le llevó a abandonar los laboratorios europeos y norteamericanos para fundar en 1972 el Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios y dedicarse casi por 15 años a la búsqueda de la vacuna que evitara la muerte de 1.5 millones de personas al año.

Desde allí, Patarroyo ha llevado a cabo sus investigaciones, acompañado de un grupo interdisciplinario de científicos colombianos, en su mayoría muy jóvenes, entre los que se encuentran médicos, bacteriólogos y microbiólogos, a los cuales ha formado en la investigación.

Actualmente, trabaja tanto en la mejora de la segunda generación de la vacuna de la malaria como en las vacunas de la tuberculosis y de la hepatitis B, enfermedades que cada año acaban con la vida de 7 millones de personas en el mundo.
Reconocimientos no le han faltado, aunque algunos hayan pasado desapercibidos en su propio país, Manuel Elkín Patarroyo recibió The Edinburgh Medal - el más alto reconocimiento que Inglaterra concede a un científico-, el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Roberth Koch, considerado por muchos como la antesala del Nóbel, y a pesar de esto sigue siendo el humilde colombiano que soñaba en su adolescencia con salvar al mundo.
El científico colombiano que nació en Ataco (Tolima), el 3 de noviembre de 1947, es médico inmunólogo, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y de las universidades Rockefeller (New York) y de Estocolmo (Suecia), editor de 3 libros, galardonado con 3 premios nacionales de medicina y acreedor al Premio Nacional de Ciencias Alejandro Ángel Escobar en los años de 1.979, 1.981, 1.984, y 1986; conferencista en más de 100 simposios internacionales y un sinnúmero de congresos nacionales; autor de más de 100 publicaciones científicas internacionales.
Podría hacerse mucho más por los enfermos...
Manuel Elkín Patarroyo en una ocasión dijo que “la industria farmacéutica no hace todo lo que podría por los enfermos de sida, y que sólo se ocupa de buscar métodos de curación que alargan el tratamiento pero no acaban con la patología. Todo, por motivos económicos”.
“Nadie tiene ni idea de cómo va a ser la evolución de la humanidad y probablemente quienes hoy están arriba, mañana pueden estar abajo. Creo que hasta por egoísmo hay que ser solidario”, pronunció Patarroyo cuando fue elegido por la Organización Manos Unidas en favor del apoyo a proyectos de desarrollo en los países más necesitados.
Patarroyo proviene de una familia de 11 hermanos, de los que 5 son médicos, una enfermera y otra psicóloga. Sus padres eran comerciantes, pero siempre les inculcaron la vocación de servicio, lo cual se ha cumplido a cabalidad ya que ninguno de sus hermanos están en la práctica privada. Por ser el más inquieto de la familia, desde los 8 años sus padres le daban a leer libros sobre vida de Pasteur y una colección sobre mitos griegos, a lo que atribuye sus dos tendencias: la medicina y la filosofía.
Elkin ha sido autodidacta y afirma que nunca fue buen alumno.Desde el primer año de su carrera trabajó en virus con uno de sus mentores en la Fundación Rockefeller, de ahí pasó a Yale. Nunca se desvió hacia la fisiología del sistema inmune, ya que le interesaba era la química y la inmunología.
Una forma de ver la ciencia
Casado y con tres hijos, su vida familiar y su calidad humana son tan propios en él como su pasión por la investigación. Por lo tanto, es apenas lógico que su familia siempre esté en torno a su proyecto científico y no es un pacto porque considera que “no se pacta sobre lo que se está convencido”.
Elkín Patarroyo es amante del arte, especialmente de pintura al óleo y se precia de poseer una de las mejores colecciones de arte colombiano, no por el dinero que gana, sino porque a sus amigos pintores les puede decir "me gusta ése", y ellos no se atreven a decirle que no.
Después de las dificultades con el Ministerio de Salud, con los bancos por los embargos y con el Estado por la falta de interés en las investigaciones científicas, Manuel Elkin Patarroyo se salió con la suya y a partir de este 7 de mayo los colombianos tendremos un nuevo instituto de inmunología.
Las instalaciones del desaparecido Instituto de Asuntos Nucleares, será la nueva sede de La Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, a cuya apertura asistieron personalidades como el premio Nóbel de química Bruce Merryfield, expertos en malaria, miembros de la Organización Mundial de la Salud y un representante de José Saramago.
Patarroyo puso su ciencia al servicio del hombre. Sus trabajos salvarán miles de vidas, y su perseverancia y ahínco, su perspicacia y excelencia científica, merecen que se le reconozca desde ya como uno de los más grandes científicos del siglo XX, y quizás del siglo XXI.

1 Comments:

At 11:08 PM , Blogger Unknown said...

La conferencia a la que se hace referencia, la cual tuvo lugar el pasado 15 de Marzo en la Universidad Nacional de Colombia en el marco del Seminario de Ingeniería Química, fué titulada por el mismo Manuel Elkin Patarroyo: "Más allá de las Moléculas".

Luego de ver en el artículo una muestra de la importancia del trabajo del Doctor Patarroyo y su equipo, vale la pena destacar todas aquellas cosas que van más allá de la vacuna y "Más allá de las moléculas" y que constituyen las principales enseñanzas predicadas por este benefactor de la humanidad y luchador incansable contra la muerte.

En primer lugar, la enseñanza de que es necesario soñar y creer en lo que se sueña; proponerse metas y objetivos para después, con disciplina de estudio, trabajo y de pensamiento hacer de esos sueños y esa fe, maravillosas realidades.

En segundo lugar, la enseñanza de que la madurez del ser humano radica en tener la posibilidad y luchar por hacer realidad los sueños; ser fiel a sí mismo luchando día a día por ellos, sin preocuparse por el éxito o el fracaso, que según él, son un par de mentiras. Es necesario verse motivado solo por la medida de la propia satisfacción y los intereses más profundos de cada uno.

También, la enseñanza de la vocación de servicio, de lo cual su vida y su obra han sido el ejemplo más prístino. Al haber él sembrado solo deseo de hacer el bien y evitar el dolor del prójimo, la cosecha han sido innumerables muestras de cariño y sincero aprecio de parte de mucha gente en todo el mundo.

Y por último la enseñanza de su orgullo revolucionario. Manuel Elkin Patarroyo es de lejos el revolucionario más grande que ha producido Colombia. En claro desprecio por cualquier manifestación de violencia, dijo en su conferencia: “Las violentas, esas son tan solo revueltas. Revoluciones: las de las ideas!” ¿Qué más revolucionario que cambiar la medicina del mundo haciendo vacunas químicamente y poder con ello arrebatar de las manos de la muerte a víctimas de la enfermedad que no quieren morir? Todo sin un solo tiro.

Debo agregar que ha sido un inmenso honor el haber tenido el privilegio de estrechar la mano de este Colombiano tan destacado, 27 veces Doctor; y de haber hecho parte de la organización de esta conferencia, llevada a la comunidad de la Universidad Nacional de Colombia gracias a los buenos oficios del Ingeniero Marcelo Riveros Rojas del Departamento de Ingeniería Química.


KRISTIAN ORLANDO RÍOS CÓRDOBA
Universidad Nacional de Colombia
Seminario Departamento de Ingeniería Química
Monitor

 

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